27/8/2024
5 minutos
Fútbol

La primera convocatoria de Javier Aguirre con la selección mexicana, ¿qué esperar de todos?

Por Ramón Raya

Primera convocatoria de este ciclo. No importa a quién llamen. No importa a quién dejen fuera. En México estamos acostumbrados a cuestionarla y a criticarla simplemente porque sí. Quizás cuando leas esto, los jugadores ya hayan sido anunciados. ¿Quién falta? ¿Quién sobra? Todos tenemos una opinión. Todos tenemos favoritos. No importa si estamos muy lejos de saber siquiera los motivos y las razones. No es relevante si nuestra opinión es porque juega en el equipo al que le vamos o si lo queremos fuera porque juega en el equipo que odiamos. Todos opinaremos.

Estarán los mediáticos, los que deben estar solo porque otros lo dicen. ¿Estará Santi? ¿Estará Henry? Peor aún… ¿estará Berterame? Parece que a algunos les pisan la bandera si se convocan a mexicanos por naturalización, como si eso los hiciera menos mexicanos.

Aún no se ha dado a conocer la lista y los medios ya saturan de críticas al técnico, simplemente basadas en rumores. Algunos de ellos creados por el simple sentido común de los insiders que tienen que dar notas a sus patrones. ¿Criticar al entrenador de la selección por llamar o no llamar a alguien que igual ni siquiera está considerado realmente? Pues ya pasó, y dedicaron segmentos donde todos opinaron con solo supuestos nombres.

¿Raúl? ¿Chícharo? Y eso solo es para los que juegan de delanteros. La baraja es austera, pero amplia. El nivel es tan parejo que muchos caben.

¿A quién llamarías tú? ¿Al de jerarquía que sabe lo que significa jugar en selección? ¿Al joven que jamás ha estado pero que arrancó bien con su club? ¿Al experimentado que vendrá a ayudarte con los nuevos?

Ser seleccionador no es fácil. Es sencillo, pero no es fácil. Llamas a los que se adaptan a tu sistema y a tu manera de jugar. Llamas a los que TÚ consideras los mejores. Puedes darte el lujo de probar a varios antes de tomar decisiones finales. Pero, del otro lado, no importa si llamaste a los mejores. No importa si buscaste a los que mejor andan, y no importa si convocaste a los que mejor futuro tienen.

La gente y la prensa quieren resultados ya. Quieren que México golee. Quieren que juegue con la pasión y los huevos de los de antes, sin importar que a los de antes los acusaron de pocos huevos y de falta de pasión. Quieren que México le gane a Estados Unidos ya. Porque si no le ganamos, le recordaremos al Vasco cada día de su gestión que él es el artífice de la “peor” derrota en la historia de los Mundiales. Aunque muchos de ustedes ni siquiera habían nacido y, para los que ya tenían memoria futbolística, seguramente no han visto el partido de nuevo.

Pero, ¿qué importa? Porque aun ganando los amistosos que se vienen, encontraremos qué criticar. ¿Por qué no inició el Chino Huerta? ¿Por qué llamó a Mozo? ¿Por qué insiste con Arteaga? ¿Por qué busca atajos con jugadores que son mexicanos, pero que en la cabeza de varios no son mexicanos?

Miles de preguntas que al parecer jamás se desgastan. La dirección técnica de la selección es una bomba de tiempo y una silla eléctrica al mismo tiempo. Y los medios y la gente son el monstruo de mil cabezas. El problema es que esas miles de cabezas jamás se detienen a pensar en que todo será un proceso. En que si la selección juega bien o mal hoy, no quiere decir que mañana jugará bien o mal. Pero lo que realmente importará es lo que pase en el Mundial.

Todos sabemos que hoy México no tiene mejor plantel que otras generaciones. ¿De qué nos sirve recordarlo cada día si al final no es atenuante ni justificación para quien dirija a la selección?

Yo, por mi parte, espero poder darle tiempo, ser paciente y hasta tolerante con lo que venga. Pero con lo que venga de adentro. Quienes me conocen saben bien que seguiré criticando lo patético que pase afuera. Y material, igual que a los que criticarán por cualquier tema a Aguirre y su equipo, seguro me sobrará porque también por afuera estamos en crisis.

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